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Muestra s.XXI   Lourdes GONZÁLEZ HERRERO


Lourdes GONZÁLEZ HERRERO







Los interesados pueden encontrar más información sobre los poetas incluidos en esta Muestra Siglo XXI de la Poesía en Español en la base de datos I.R.P.E., actualizada hasta mediados de 2004 y que permite búsquedas paramétricas (36 parámetros) sobre 4700 poetas de la lengua castellana.
Ver detalles en: I.R.P.E. versión 2.0

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  Análisis Arquetípico
   

BIOGRAFÍA.
Holguín (Cuba), 1952. Delineante. Escribe narrativa (crónica, novela). Premios de narrativa: La llama doble (2005), José Soler Puig (2005). Directora de la revista de Arte y Literatura Diéresis. Presidente de la Filial de Escritores (UNEAC). Dirige el Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura Pedro Ortiz y el Sello Ediciones Holguín. Poemarios publicados: "Tenaces como el fuego" (1986), "La semejante costumbre que nos une" (1988), "Una libertad real" (1989), "La desmemoria" (1992), "El luminoso pájaro de la memoria" (1991), "En la orilla derecha del Nilo" (1999), Dossier d`un naufrage (francés, 2002), "Fijeza del Amor" (antol. 2002), "Los días del verano" (2003), "Pasajera la lluvia" (antol. 2003). Premios a poemarios: Premio de la Ciudad (1986, 1988, 1991); Julián del Casal (1989, menc.), Adelaida del Mármol (1992). Julián del Casal (1999). Bicentenario de José María Heredia (2003).

Ficha en el I.R.P.E.: A0690.
Correo electrónico: arpista@cristal.hlg.sld.cu


EN LA ARENA DE LA SOBREVIVENCIA

Hay sueños que no se pueden definir,
innúmeras maneras de haber visto la vida,
aves que diseñaron un paisaje encerrado en sí mismo,
justo encima de las altas torres y detrás de las
verdes rejas de la orilla.

Los granos que esparcimos volaron con los vientos del este,
todo lo abandonado exhibe ya un tinte oscuro.
Las aguas, empeñadas, bañan con fuerza el cuerpo
aislado entre los amplios círculos del silencio.

Nuestros papeles esperan una hora de luz que siempre
se prorroga.

Hemos ordenado abrir una ventana para mirar por ella los muros y las tapias.
En los muros hay yerbas que crecen a pesar de su absurda condición,
y hay pequeños animales que hacen ruidos monótonos sin claudicar.

Nos lo sabemos de memoria.
Podemos conocerlos con los ojos cerrados.
Es el breve paisaje que nos mantiene, persistiendo,
frente a la realidad del tiempo.
Es la arena en la que se fecunda el hoy, la misma donde se
escucha latir el corazón salvaje de la sobrevivencia.

(2004)