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BIOGRAFÍA.
Santander (España), 1896 Madrid, 1987.
Dr. Filosofía y Letras, músico y pianista. Participó junto con Vicente Huidobro en el movimiento creacionista; fue uno de los poetas más destacados de la generación del 27. En 1925 ganó el Premio Nacional de Literatura por su libro: Versos Humanos y en 1947 es designado miembro de la Real Academia de la Lengua. En 1956 obtiene, por segunda vez, el Premio Nacional de Literatura y en 1987 el máximo galardón de su país: el Premio Cervantes. Entre sus poemarios, El romancero de la novia (1920), Manual de espumas (1924); Poemas adrede (1932); Ángeles de Compostela (1940); Amor solo (1958); Nocturno de Chopin (1962); La fundación del querer (1970).
AHOGO
Mañana me hallarán ahorcado
en el mundo celeste de tus venas.
Se va a casar la novia
del marinerito.
Haré una gran pajarita
con sus cartas cruzadas
y luego romperé
la luna de una pedrada.
Neurastenia, dice el doctor.
Gulliver
ha hundido todos sus navíos.
Codicilo: dejo a mi novia
un puñal y una carcajada.
EL CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi, señero, dulce firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
(De Versos humanos)
COMENTARIOS
Gerardo Diego fue un poeta que en la búsqueda permanente de nuevas formas de expresión, consiguió establecer el raro y difícil equilibrio entre retórica e innovación, logrando hallazgos que lo definen como el mayor exponente de ese movimiento que integró con Guillermo de Torre, a seguida de la famosa conferencia de Vicente Huidobro sobre el Creacionismo (en España recibió el nombre de Ultraísmo), En su segunda época, abandonada la etapa ultraísta, su poesía lo revela como un constante explorador del lenguaje poético y en sus versos confluyen, tanto la belleza de las imágenes como las metáforas inéditas. Su voz, única e irrepetible, lo sitúa como uno de los más grandes del habla hispana. Gran amante de la música, Gerardo Diego supo captar la armonía sonora en sus versos. En ellos hay poemas de muy distintos estilos y formas, desde los romances o sonetos a los de verso blanco o de verso libre. (Beatriz Schaefer Peña)
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