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Una antología de la Asociación Prometeo de Poesía

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Poesía de Siempre      Leopoldo de LUIS


Leopoldo de LUIS







La antología Poesía de Siempre se ha preparado con 50 poetas de lengua española contenidos en el libro Poetas del pasado, de Juan Ruiz de Torres, más otros seleccionados, ilustrados y comentados por distintos antólogos cualificados, en varios países.

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BIOGRAFÍA.
Córdoba (España), 1918- Madrid, 2005. Publicó más de veinte poemarios desde Alba del hijo (1946). Ensayista, conferenciante, antólogo, especialista en Miguel Hernández, ha obtenido muchos premios, entre los cuales el Nacional de Literatura (1979) y el Nacional de las Letras Españolas (2004). Conspicuo cultivador en su primera época de la 'poesía social', su poesía posterior ha evolucionando -siempre dentro del fervor humano- hacia una lírica cada vez más penetrante y sobria.


LA SILLA VACÍA

    Para Juan Ruiz de Torres

Una silla vacía hay en la sala.
No sé bien para quién. Está vacía.
Desde luego sí sé que no es la mía:
mi silla, más modesta, no la iguala.

¿Por qué estará vacía? Nadie viene
a ocupar esta silla. ¿A quién espera?
Todos sentados ya, y alguien de fuera
su llegada anunciada acaso tiene.

Nadie. No viene nadie. Nadie acude.
Mas el que está sentado que no dude:
vacía, algún papel la silla juega.

Y se convierte en una pesadilla
para todos mirar que está la silla
vacía y esperando al que no llega.


COMENTARIOS
El poeta cordobés Leopoldo de Luis es fundamental para la comprensión de la poesía española actual. Leopoldo de Luis recorrió un camino complejo y cuajado de hallazgos literarios, desde la poesía llamada social a la que buscó incansablemente en el dolor humano, en el misterio de los objetos, en la trascendencia de la vida humana. Un poeta es un hombre, sólo un hombre. Nada menos que un hombre. Pero un verdadero poeta, como lo fue Leopoldo de Luis, se ve superado en su dimensión humana por la perdurabilidad de sus palabras. Las de Leopoldo lo fueron de consuelo, de protesta llena de razón y de dignidad, y también de búsqueda de lo que haya tras la vida, tras el mundo que percibimos. Todo eso. Pero hubo más en el hombre que fue Leopoldo de Luis: la capacidad maravillosa de la empatía con los demás. Siempre tuvo palabras y actos de amor para quienes lo rodearon y de los cuales, los escritores, los poetas sobre todo, recibieron su aprecio a manos llenas, sus palabras alentadoras. Nadie, que yo recuerde, lo ha hecho como él. Recojo su premonitorio soneto "La silla vacía", que tuvo a bien dedicarme, y que creo que recoge mejor que una larga explicación la extraordinaria visión y fuerza líricas del maestro Leopoldo de Luis. (Juan Ruiz de Torres)