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Una antología de la Asociación Prometeo de Poesía

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Poesía de Siempre      Enrique MOLINA


Enrique MOLINA







La antología Poesía de Siempre se ha preparado con 50 poetas de lengua española contenidos en el libro Poetas del pasado, de Juan Ruiz de Torres, más otros seleccionados, ilustrados y comentados por distintos antólogos cualificados, en varios países.

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BIOGRAFÍA.
Buenos Aires (Argentina), 1910-1996. Abogado. Novelista, pintor, ensayista. Poemarios: Las cosas y el delirio (1941), Pasiones terrestres (1946), Costumbres errantes o La redondez de la tierra (1951), Amantes antípodas (1961), Fuego libre (1962), Hacia una isla incierta, Las bellas furias (1966), Hotel pájaro (1967), Monzón napalm (1968), Amantes antípodas y otros poemas (1974), Obra poética (1978), Los últimos soles (1980), El ala de la gaviota (1989). Entre sus premios, Martín Fierro (1941) , Nacional (1967), Pérez Bonalde (Venezuela), Municipal (1951), Fundación Argentina para la Poesía (1976).


DE OTRA RIBERA

También aquella mujer gimió de gozo -yacía
como un proceso de fuego sobre las sábanas del pasado-
y dirigía hacia el más profundo centro de la muerte
la flecha sensual de su carne también he oído resonar su voz en la casa
día y noche en la avidez de mis órganos
como la temperatura fatal
de un salvaje jardín en el que amaba extraviarme
cubierto de flores enormes que articulaban un idioma
ininteligible y cotidiano
en torno a la gran ola blanca de su cuerpo.

(fragmento de Las bellas furias, 1966)


COMENTARIOS
Pocos poetas han prestado tanto culto poético al cuerpo humano como Enrique Molina. Hasta las cosas tienen forma humana, tienen un sexo bien definido que se adhiere a la vida y toma parte del tedio cotidiano, la mediocridad o la gran pasión. Pero sobre todo, está la mujer: elemento primordial de la obra del argentino. Jóvenes, mulatas, las "que esparcen su resplandor rojizo", "diosas pintarrajeadas", "vampira de labios de nata", "negra de grandes nalgas", "anciana que al andar arrastra su larga cola de pájaro", personajes femeninos siempre listos para seducir. El calor tropical, la vida al aire libre, la naturaleza salvaje, crean una poesía sensorial, pictórica, luminosa. Pero no por ser voluptuosa está exenta de sentimientos. En un sus poemas hallaremos casados y encontrados, al mismo tiempo, odio y amor, repudio y pasión, añoranza y rabia. En la obra de Molina, como en su propia vida, prevalece la búsqueda incesante del ser humano, pero no el ser humano puro y bello, sino aquél que le domina las más fuertes pasiones, el que alcanza la gloria y acto seguido cae en el derrumbe. Su lenguaje, la mayoría de las veces alejado de las reglas poéticas y de puntuación ortográfica, se adentra por el Surrealismo, movimiento al que sigue desde la década de los 1950, época en que funda la revista A partir de cero (Juan Ruiz de Torres).